Durante y después del embarazo, es decir, durante el puerperio, muchas mujeres experimentan cambios drásticos en sus hormonas. Estos cambios pueden causar estragos en su capacidad para alcanzar y mantener un adecuado estado de ánimo estable luego del parto. Estos cambios hormonales pueden generar lo que se llama depresión posparto.
En el pasado, las mujeres solían ser diagnosticadas de depresión sólo después de haber experimentado al menos un episodio de depresión mayor, que suele incluir varias semanas de síntomas de depresión y un diagnóstico de depresión mayor. Hoy sabemos que la depresión posparto puede aparecer tan pronto como la primera semana después del parto.
El inicio de la depresión posparto se produce cuando sientes que ya no eres capaz de hacer frente a los cambios que se están produciendo en tu vida. Algunas mujeres experimentan un descenso gradual de su estado de ánimo y de sus niveles de energía, mientras que otras experimentan un cambio repentino y drástico de su estado de ánimo. Es importante recordar que estos sentimientos son temporales y no deben tomarse demasiado en serio. Si experimenta alguno de estos síntomas, no dude en buscar ayuda.
Las hormonas son como los trenes: salen de la estación todos los días, pero algunas se bajan en paradas diferentes que otras. Y al igual que una estación de tren, si quieres estar preparada cuando los cambios hormonales empiecen a golpear, debes saber a cuáles debes prestar atención y qué hacer al respecto.
Cambios hormonales en el puerperio o posparto inmediato
Como parte del proceso de parto, se produce una disminución de las hormonas placentarias:
- Gonadotropina coriónica
- Lactógeno placentario
- Estrógenos
- Progesterona
Esto disminuye la liberación de las hormonas hipofisarias, lo que permite el aumento de la prolactina. La acción de la prolactina aumenta la producción de leche, lo que da lugar al establecimiento de la secreción de leche materna. Pero además de la instauración de la lactancia y la disminución de la secreción de prolactina, el cese de la lactancia materna provoca:
- Disminución del nivel general de estrógenos y progesterona en la sangre, lo que favorece la involución del endometrio (membrana de la matriz).
- Cese de la acción hormonal general sobre el organismo: pérdida de sodio (Na) y agua por aumento de la diuresis y la sudoración.
Cambios hormonales de la lactancia
La disminución brusca e intensa de los niveles de prostaglandina y estrógeno elimina la influencia inhibidora de la prostaglandina sobre la producción de alfa-lactalbúmina.
- La intensidad y la duración de la lactancia están controladas en gran medida por la estimulación repetitiva de la lactancia y la prolactina.
- La lactancia eleva los niveles de prolactina y, cuando el bebé succiona, inicia el reflejo de eyección o bajada de la leche. Cuando el niño llore, sabrás que es el momento de actuar.
El llanto es una forma eficaz de desencadenar su respuesta instintiva, pero puede ser inhibida por el miedo, el dolor o el estrés, que generan la secreción de adrenalina, una hormona que antagoniza la oxitocina.
Reanudación del ciclo menstrual
La reanudación del ciclo menstrual no es del todo conocida. Después de la amenorrea, la mayoría de las mujeres experimentan un período en un plazo de 12 meses. El mecanismo exacto responsable de la reanudación del ciclo menstrual no se conoce del todo. La mayoría de las mujeres no ovulan durante sus primeros ciclos después de la amenorrea.
El ovario parece ser refractario a la acción de las gonadotrofinas tanto en las mujeres lactantes como en las no lactantes. Las tasas de retorno menstrual son muy variables. Muchos estudios demuestran que la lactancia materna tiene numerosos beneficios para la salud tanto de la madre como del niño.
También tiene un efecto positivo en el ciclo menstrual de tu hijo. Durante las primeras semanas después del parto, también se producen cambios físicos en los genitales y en la fisiología de la mujer. Poco a poco irá recuperando el estado que tenía antes del embarazo.
Etapas finales del cambio hormonal
La interacción entre la madre y el niño cambia gradualmente con el tiempo a medida que disminuye la frecuencia de la succión y el bebé comienza a recibir otros alimentos:
- Los ciclos menstruales comienzan de nuevo, con la consiguiente recuperación de la fertilidad. La duración del período de amenorrea e infertilidad, como hemos visto, es variable. Por lo general, la recuperación menstrual de la madre tiene que ver con la frecuencia de la lactancia del bebé; cuanto más frecuente sea la lactancia, más largo será el periodo de amenorrea.
- La madre se recupera gradualmente del agotamiento del embarazo y la lactancia. Esto será más fácil en madres con un buen estado nutricional antes del embarazo, y con una dieta sólida tanto durante el embarazo como durante la lactancia. También se han descrito alteraciones en la producción de serotonina a nivel intestinal.
- Al final del puerperio, los niños aprenden a moverse, a hablar, a caminar y a relacionarse de forma diferente con su entorno. La madurez progresiva de sus funciones fisiológicas y neurológicas les hace cada vez más independientes de la madre. Tienen nuevas formas de expresar sus demandas y otras personas pueden responder a ellas con más facilidad que en la primera etapa.
No hay duda de que la paternidad es una de las cosas más difíciles que hacemos. A veces parece que nos pasamos todo el tiempo haciendo "tareas interminables" e intentando que nuestros hijos crezcan en un instante.
Hormonas, lactancia, libido y depresión postparto
Tras el parto, los niveles hormonales de la mujer comienzan a descender rápidamente. Durante este tiempo es importante cuidarse física y mentalmente. Las hormonas estrógeno y la progesterona disminuyen en la segunda mitad del embarazo, mientras que aparece la prolactina, que tiene la función de promover la lactancia. Los cambios hormonales que se producen durante el embarazo pueden dar lugar a una depresión cuando se prolongan más allá de las primeras semanas, y se conoce como "depresión post parto".
En general, las nuevas hormonas están destinadas a mejorar el vínculo entre la madre y el bebé, por lo que no es raro que la libido no se recupere inmediatamente, y que tarde meses en recuperar su nivel normal de deseo sexual.
Cambios en las rutinas y afectación de la relación de pareja
Con la llegada del bebé, todo cambia en casa. Nuestro ritmo de sueño se ve alterado por las tomas y los llantos del bebé, nuestras rutinas diarias se ven interrumpidas y también la relación con nuestra pareja.
Puede ser difícil encontrar un momento de intimidad cuando sentimos que el bebé ocupa todo nuestro tiempo. Dormir con el bebé en la misma habitación que la pareja también puede hacer que algunas parejas pierdan la pasión y el deseo de intimidad.
Por otro lado, estamos inmersos en un cambio de roles en el hogar. Estoy muy orgullosa del bebé que vamos a tener juntos y no podríamos ser más felices. Las parejas tienen diferentes perspectivas sobre sus madres, y las madres no siempre se ven como la misma persona.
Nunca es demasiado tarde para redescubrir la magia de tu relación de pareja. Una vez que aprendas este sencillo proceso de 3 pasos, ¡tu relación será mejor que nunca! Por ejemplo, es habitual que dejemos de ver nuestros pechos como zonas erógenas "sexuales", porque nos hemos insensibilizado a ellos como zonas erógenas "de lactancia". Muchos padres primerizos experimentan una "confusión de permisos" sobre el cuerpo de sus esposas. Esto puede causar problemas en la relación.
Conclusiones y efectos adicionales
- Durante tu embarazo puedes experimentar algunos cambios hormonales que te afectarán a ti y al bebé.
- Durante su embarazo se producen muchos cambios en su cuerpo. Esto incluye un cambio en las hormonas. Sus hormonas pueden volverse más activas o más inactivas dependiendo de la etapa del embarazo en la que se encuentre.
- Durante el embarazo puede experimentar algunos cambios de humor.
- Un problema común al que se enfrentan muchas madres primerizas es el retraso en la bajada de la leche. Esto suele ocurrir en los primeros días después del parto, pero también puede ocurrir hasta varias semanas después. Esto puede estar causado por los cambios hormonales que se producen durante el embarazo y el parto, así como por el estrés relacionado con la maternidad.
- La bajada de leche no es motivo de preocupación. Es una parte común del proceso de lactancia, y a menudo puede tratarse con varios remedios naturales.