No cabe duda de que la depresión y la ansiedad infantiles están creciendo a un ritmo alarmante en nuestra sociedad.
El síndrome de depresión puede ser un problema común, pero la depresión infantil puede afectar el desarrollo del niño. Los niños con depresión, como los adultos, tienen más dificultades para adaptarse a la vida en general, causando problemas a largo plazo.
La depresión infantil no es una parte inevitable del crecimiento. Se puede prevenir. Un nuevo estudio demuestra que el 90% de los niños con depresión clínica experimentan una notable mejoría con sólo recibir el tratamiento adecuado.
Si siente curiosidad por los síntomas, los tratamientos y el pronóstico de la depresión infantil, siga leyendo.
¿Qué es la depresión?
La depresión es un trastorno del estado de ánimo en el que la persona se siente triste o desesperanzada y pierde el interés por las actividades que antes solía disfrutar. Cuando alguien experimenta una depresión, presenta síntomas como pérdida de apetito, fatiga y trastornos del sueño, y puede estar irritable, ansioso, etc.
La depresión afecta a la forma en que las personas se sienten sobre sí mismas, su entorno, sus capacidades y su futuro. También puede interferir en la capacidad de una persona para pensar con claridad y tomar decisiones acertadas. Además, cuando alguien está deprimido, tiende a aislarse de los que le rodean.
Por otro lado, es fundamental reconocer la diferencia entre la tristeza normal y la depresión clínica. He aquí una lista de señales sobre la depresión clínica:
- Tristeza que dura más de unos pocos días.
- Sentimientos de culpa, y desesperanza.
- Dificultad para concentrarse.
- Fatiga.
- Pérdida de interés por las cosas que solía disfrutar.
- Problemas para dormir o dormir demasiado.
- Falta de apetito o comer en exceso.
- Pérdida de energía o de confianza en sí mismo.
- Pensamientos de suicidio.
Es fundamental tener en cuenta que si usted o un ser querido tiene alguno de estos síntomas, es importante que busque ayuda profesional. Hay muchos tratamientos eficaces para la depresión. Sin embargo, es importante buscar ayuda lo antes posible porque muchas personas con depresión no mejoran sin tratamiento.
Tenga en cuenta que la depresión es tratable. Con el tratamiento adecuado, la mayoría de las personas que sufren depresión podrán llevar una vida normal y feliz.
¿Qué causa la depresión en los niños?
La depresión infantil está asociada a una serie de factores de riesgo, entre los que se encuentran los biológicos, los psicológicos y los sociales. Por ejemplo, los niños que experimentan acontecimientos vitales adversos, como el divorcio o la muerte de un familiar, son más propensos a sufrir depresión.
Es decir que las causas de la depresión infantil son muchas, incluyendo factores sociales como la presión de los compañeros, el acoso escolar y el impacto del divorcio o la separación en la familia. La depresión en los niños también puede estar causada por factores genéticos y trastornos biológicos. Estos pueden causar un comportamiento impulsivo, agresividad y baja autoestima.
Con respecto a los diferentes factores que pueden contribuir al desarrollo de la depresión, debemos tener en cuenta a la genética: algunas personas son más propensas a la depresión que otras. Esto puede deberse a la herencia o a la influencia de un episodio depresivo anterior. Esto puede conducir a la depresión y/o a los trastornos de ansiedad en la vida posterior.
Otro de los factores fundamentales son los ambientales. Entre ellos se encuentran:
- Los abusos físicos, emocionales y sexuales
- Los acontecimientos vitales estresantes
- La falta de crianza y apoyo emocional adecuados.
El abuso y la negligencia en la infancia se han relacionado con la depresión en la edad adulta. Los traumas en la edad adulta también pueden desencadenar una recaída de una depresión existente.
Otro elemento que influye es la medicación: muchos medicamentos, tanto de prescripción como de venta libre, pueden causar o hacer que alguien sea más vulnerable a desarrollar una depresión.
Ahora bien, a menudo se piensa que la depresión infantil es el resultado de un desequilibrio químico, una condición médica o una predisposición genética. Sin embargo, investigaciones recientes indican que la depresión en los niños puede estar causada más por un desajuste entre la forma en que ven el mundo y sus expectativas del mundo que por un desequilibrio químico o un rasgo biológico concreto.
Video: Depresión Clínica en niños menores de 10 años
¿Cómo puede saber si su hijo está deprimido?
La depresión es uno de los problemas de salud mental más comunes entre los niños y adolescentes. Si le preocupa la salud mental de su hijo, aquí tiene algunas señales a las que puede prestar atención:
- ¿Su hijo duerme mucho o poco?
- ¿Se ha sentido triste, ansioso o desesperanzado durante mucho tiempo?
- ¿Ha dejado de hablar con sus amigos o familiares?
- ¿Su hijo o hija ha pensado en el suicidio o en hacerse daño a sí mismo?
- ¿Ha perdido el interés por sus tareas escolares o sus aficiones?
- ¿Han cambiado los hábitos alimenticios del niño?
- ¿Come más de lo habitual?
- ¿O está perdiendo peso?
- ¿Tiene problemas de concentración?
- ¿Tiene problemas para dormir?
- ¿Ha experimentado un cansancio excesivo?
- ¿Tiene su hijo adolescente cambios de humor?
- ¿Se comporta de forma diferente a la habitual?
Puede que su hijo le haya dicho que está triste. Pero si observas un comportamiento que parece indicar que tu hijo está clínicamente deprimido, fíjate en estos signos:
Los síntomas más comunes de la depresión en los niños son:
- Perder el interés por las cosas que antes disfrutaban (como leer y jugar al aire libre).
- Tener dificultades para concentrarse.
- Problemas de sueño.
La depresión en los niños puede ser difícil de detectar. Y aunque aparezca, el tratamiento de la depresión en los niños es diferente del que existe para los adultos. Si su hijo muestra alguno de estos comportamientos y/o parece estar sufriendo una depresión, debe buscar ayuda profesional. Considere la posibilidad de consultar a un profesional de la salud mental de su zona.
Tenga en cuenta que muchos niños desarrollan una depresión después de una ruptura, pero también hay otros signos de que su hijo puede estar pasando por un momento difícil. Si está muy ansioso, ha perdido peso o lo ha ganado sin proponérselo, se retrae socialmente o ha dejado de hacer cosas que antes disfrutaba, su hijo puede estar sufriendo una depresión.
Además, pueden experimentar el cansancio excesivo, las pesadillas, el desarrollo de nuevos (e inusuales) temores y los arrebatos de ira o los pensamientos violentos. Sin embargo, es importante recordar que no todos los niños que parecen tener estos problemas están realmente deprimidos. A veces un niño sólo necesita un poco de atención y estímulo extra. Es por esto que es fundamental consultar con un profesional de la salud mental.
¿Cómo se puede tratar la depresión en los niños?
La depresión es una enfermedad grave que se puede tratar, pero la clave es la identificación temprana. Por eso es importante que conozcas los signos de advertencia de la depresión infantil.
Mucha gente ni siquiera lo reconoce, pero la depresión clínica en los niños está a nuestro alrededor. Muchos expertos creen que hasta uno de cada diez niños está afectado por ella. La buena noticia es que la mayoría de los niños la superan. Y cuando lo hacen, sus padres y profesores suelen notar el cambio y llamarnos la atención.
Hay muchos tipos diferentes de terapia que pueden utilizarse para tratar la depresión infantil, pero algunos de los más comunes son la medicación, la psicoterapia y una combinación de ambas. Cuanto más temprana sea la intervención, más eficaz será el tratamiento. De hecho, los estudios demuestran que entre el 75% y el 90% de los niños que sufren una depresión grave mejoran con tratamiento.
Es fundamental tener tener en cuenta que si no se trata, la depresión en los niños puede provocar problemas graves a largo plazo. La depresión en los niños puede hacer que se retraigan de sus amigos y familiares, dejen de dormir y coman menos de lo normal.
Video: ¿La depresión infantil tiene cura o tratamiento?
1. Tratamiento farmacológico para la depresión infantil
En el caso de un niño que ha experimentado un grave dolor emocional, el objetivo es ayudarle a volver a la normalidad y a ser feliz y sano de nuevo.
Cuando utilizamos fármacos para una enfermedad mental en un niño, básicamente estamos proporcionando medicamentos para controlar el desequilibrio químico que conduce a la depresión u otras emociones negativas. Este desequilibrio químico está causado por la falta de ciertos neurotransmisores (sustancias químicas del cerebro) en el cerebro. Algunas de estas sustancias químicas son la serotonina, la norepinefrina, la dopamina y el GABA. Los fármacos actúan aumentando el nivel de estas sustancias químicas en el cerebro.
Cuando hable con su médico sobre los síntomas de su hijo, es muy probable que le recete un fármaco ISRS (inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina). Generalmente son el tratamiento de primera línea para la depresión pediátrica.
Funcionan bien en muchos niños y adolescentes, pero no en todos. De todas maneras, el médico psiquiatra le indicara la medicación necesaria y adecuada para su hijo/a. El médico puede recetar un medicamento antidepresivo diferente o probar otra forma de terapia, como la terapia conversacional.
Para quienes sufren de depresión crónica, los efectos de la terapia farmacológica pueden variar significativamente. Algunas personas experimentan poco o ningún alivio, mientras que otras informan de una mejora significativa de su estado de ánimo y su capacidad de funcionamiento. Esta variación se debe a las diferencias en la biología de la depresión. Los resultados fueron aún más variables en los niños.
A algunas personas no les ayudan los antidepresivos. Cuando una persona deja de tomar los fármacos, puede experimentar una caída brusca del estado de ánimo que suele ir acompañada de un aumento de la cantidad del neurotransmisor serotonina en el cerebro. Esto puede provocar un efecto rebote en el que los síntomas de la depresión vuelven a aparecer.
Es por esto que muchas veces se utiliza la terapia farmacológica en conjunto con la terapia psicológica.
2. Tratamiento psicológico para tratar la depresión en niños
La depresión infantil es una enfermedad que puede revestir cierta gravedad. Hay muchas cosas que podemos hacer para ayudar a nuestros hijos a mejorar de su depresión. La psicoterapia, la medicación y la terapia conductual son tres opciones fundamentales a tener en cuenta.
La psicoterapia se basa en la idea de que uno puede cambiar su propio comportamiento comprendiendo y cambiando sus propios sentimientos, pensamientos y comportamientos. La psicoterapia se ha utilizado para tratar muchos problemas de salud mental diferentes, como la depresión, la ansiedad y otros problemas. En resumen, la psicoterapia es una serie de conversaciones con un profesional capacitado para ayudarle a entender sus pensamientos y sentimientos y elaborar un plan sobre cómo avanzar en la vida.
Uno de los tratamientos mas eficaces para los niños deprimidos es la psicoterapia, un tipo de terapia que les enseña a reconocer y afrontar sus emociones. Aprenden a reconocer los pensamientos negativos y el modo en que los empeoran, y aprenden a controlar sus emociones. Además, pueden hablar con el profesional sobre sus preocupaciones, aliviando así su padecimiento.
Además, para algunos niños, la medicación también puede ser útil cuando se combina con la psicoterapia. Esta ultima se centra en cambiar su forma de actuar o pensar para sentirse mejor. Por ejemplo, la terapia conductual puede enseñar a los niños a mejorar sus patrones de sueño.
Las terapias conductuales pueden ayudar a los niños a ser más productivos y a sacar mejores notas. El objetivo es ayudar a los niños a aprender a controlar sus emociones y comportamientos. Una combinación de psicoterapia y medicación es lo que mejor funciona para los niños deprimidos.
De todas maneras, el tratamiento de la depresión en los niños no es fácil y lleva tiempo. Si su hijo se siente deprimido, hable con un médico y un psicólogo sobre las opciones de tratamiento de la depresión.
Los beneficios de la intervención temprana
La depresión infantil es algo que puede tratarse, y la intervención temprana es clave.
Sabemos que los niños a los que se les diagnostica depresión antes de los seis años suelen experimentar una mayor mejoría y menos complicaciones cuando se les trata antes. Cada vez más investigadores ven la importancia de la intervención temprana, antes de que los problemas se desarrollen realmente.
¿Cuáles son algunos de los beneficios de la intervención temprana? Algunos de ellos son la reducción de la probabilidad de que los niños sufran depresión o ansiedad y la prevención de problemas relacionados con el TDAH o las dificultades de aprendizaje.
Con esto queremos decirle que si su hijo tiene problemas de depresión, debería considerar seriamente la posibilidad de buscar ayuda profesional lo antes posible. Si busca los signos, podrá detectar la tristeza de su hijo con la suficiente antelación para iniciar el tratamiento antes de que empeore.
Consejos para padres
Los padres que tienen hijos que sufren depresión pueden hacer algunas cosas para ayudar a sus hijos a sentirse mejor. Una de ellas es reconocer sus propias emociones y asegurarse de expresárselas a los niños. Puede ser útil que los padres entiendan por qué se sienten tristes y luego ayuden a sus hijos a entender y aceptar la tristeza. Otra forma es hacerles saber que no están solos.
Hay algunas pautas bastante sencillas que se pueden seguir para tratar la depresión en los niños. Una de las más importantes es que los padres deben proporcionar una consideración positiva incondicional y aceptación hacia su hijo. Esto significa que no deben ser negativos ni críticos. Sino acompañar y tratar de ayudar a su hijo o a su hija en todo momento.
Cuando vea que su hijo tiene problemas, no espere a que acuda a usted. Es por esto que si tu hijo padece algún problema de salud mental, como depresión o ansiedad, debes acudir a un terapeuta especializado en este tipo de problemas.